21 Mar AGUA: Yo consumo, tú consumes, ellos consumen, ¿todos derrochamos?
En Chile, el 99% de los habitantes de zonas urbanas cuentan con agua potable y la cifra supera el 70% en zonas rurales. Abrir la llave en las ciudades chilenas es tan cotidiano, que cuesta imaginar que, en el planeta, 2.100 millones de personas viven sin agua potable en sus hogares.
En 2010, las Naciones Unidas reconocieron que “el derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos.” En Chile, tenemos acceso al agua, pero los efectos del cambio climático y las sequías que han afectado a nuestro país, nos alertan acerca de la importancia de cuidar este recurso.
Para cuidar el agua es preciso tomar conciencia acerca del impacto de nuestras acciones. Y para eso necesitamos información. Por eso, uno de los Indicadores de Sustentabilidad Urbana elaborado por CEDEUS, es el Consumo de agua potable, que refleja el volumen promedio de agua potable que cada habitante utiliza diariamente en usos residenciales.
Por consumo residencial, se entiende el uso en preparación de alimentos, aseo del hogar, cuidado personal, riego de jardines en el interior de la casa, entre otros. En base a datos de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (2016) y del Censo 2017 se calculó el consumo en seis ciudades de Chile.
Los resultados muestran diferencias bastante sustantivas. En Valdivia la cifra llega a 106 litros diarios por persona, en Temuco-Padre las Casas 111 litros, en Gran Concepción sube levemente a 118 litros y en Copiapó a 120 litros.
En La Serena-Coquimbo, la cifra llega a 133 y en el Gran Santiago se dispara a 170 litros por persona diarios. Estas diferencias varían incluso entre comunas.
¿A qué se deben las diferencias de consumo? María Molinos, académica UC e investigadora CEDEUS, señala al respecto: “son dos factores fundamentales los que explican las diferencias en el consumo de agua residencial: en primer lugar, la distinta precipitación en cada área del país; así las regiones con mayor precipitación requieren un menor uso de agua para el riego de jardines”.
Y agrega: “En segundo lugar, los hábitos de las personas, el cuidado que éstas tienen por el agua, y los usos para los que se destina el agua. Por ejemplo, las personas que viven en departamento suelen tener un menor consumo de agua per cápita que las personas que viven en casas donde frecuentemente se utiliza agua para el riego de jardines.
En términos residenciales, ¿gastamos mucha agua en Chile? Ricardo Truffello, Director del Observatorio de Ciudades UC y encargado de los Indicadores de Sustentabilidad Urbana CEDEUS, explica: “Es relativo y depende directamente de factores socioeconómicos. Los grupos más acomodados, efectivamente, gastan mucha más agua que el promedio y esto se relaciona con la mantención de jardines y césped en grandes extensiones, y el uso de piscinas.”
Y precisa: “Esto queda en evidencia al analizar algunos datos específicos de empresas de agua en barrios como Villa Los Domínicos (Las Condes) de Aguas Cordilleras con 961 litros per cápita y de Los Trapenses (Lo Barnechea) de Aguas Manquehue con 768 litros per cápita, ambos en la Región Metropolitana. Datos de ESVAL en Puchuncaví, Región de Valparaíso, evidencian 1.303 litros per cápita, lo que releva los impactos relativos a la segunda residencia”.
¿Y cuántos litros sería un gasto sustentable de agua? Ricardo Truffello explica que “dada la ausencia de estándares nacionales se usan estándares internacionales que permiten obtener una primera mirada crítica de los territorios. No obstante, es necesario ir generando estándares acotados a la realidad nacional, que además sean capaces de relevar las características específicas de zonas con disponibilidad tan diferentes del recurso hídrico, como el norte o sur de Chile”.
Un dato interesante es que el promedio de consumo diario en Alemania es de 121 litros. La Organización Mundial de la Salud señala que el cambio climático, la mayor escasez de agua, el crecimiento y los cambios demográficos, y el desarrollo urbano suponen importantes desafíos para la gestión hídrica. Uno de los aspectos claves para lograr un uso eficiente y racional del agua, es a partir de los cambios en los patrones o hábitos de consumo de los usuarios.