Estudio evidencia relación entre estrato socioeconómico y la exposición a contaminantes

Investigadores CEDEUS en terreno.

Diario Atacama/ 20 de marzo 2019/ El análisis efectuado en Atacama a partir de 2014, midió la composición de suelos y se tomaron muestras que revelaron que las personas vulnerables están más expuestas debido a que sus viviendas están emplazadas cerca de relaves o ex relaves. Seremi de Minería dijo que programa «Adopta tu relave» no ha tenido interesados en la región.

Una investigación del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus) de la Pontificia Universidad Católica de Chile deja en evidencia que existe una relación entre la exposición a contaminantes y el estrato socioeconómico de las personas en Copiapó.

Pablo Moya, ingeniero e investigador de Cedeus efectuó su tesis de magister en la relación entre la exposición a contaminantes y el estrato socioeconómico de las personas, y para ello midió la composición de los diferentes suelos y el polvo de las calles de la capital regional. Tras esto, identificó a quienes residen en los lugares de mayores concentraciones.

En Copiapó, según el informe, hay más de cien relaves y 22 de ellos sin controlar, los que están ubicados en la zona urbana y periourbana. Los resultados de la investigación, que contó con el apoyo del equipo de geoquímica de Cedeus indican que la población más vulnerable está más expuesta a contaminantes, ya que vive en las cercanías de los depósitos, que en su mayoría no están controlados adecuadamente, según explica. «No tienen muros y son constantemente erosionados por el viento dispersando sus contaminantes», detalló Pablo Moya.

Agrega que la lluvia, los aluviones y el viento propagan los contaminantes de los relaves en sus sectores aledaños. Uno de los metales al que se exponen quienes pertenecen a los estratos socioeconómicos C2, C3 y D es el mercurio, que produce alteraciones en el sistema nervioso central y periférico. «Las personas del estrato socioeconómico E están más expuestas a cobre, que en exceso afecta al sistema intestinal, al hígado y destruye células sanguíneas», detalla el informe.

La desregulación del comercio de suelos influye en que los suelos periféricos de la ciudad sean los de menor valor, por lo que quienes tienen menos recursos deben optar por estas zonas. Además, el Estado entrega viviendas sociales en estas mismas zonas porque es donde pueden comprar los terrenos. Por eso, señala Pablo Moya, «para el futuro es importante que la planificación territorial no permita la instalación de zonas residenciales sobre ex zonas de relaves a menos que exista la remediación ambiental adecuada».

Respecto a la metodología de trabajo que efectuaron, Moya explicó que «esta investigación la hemos realizado a partir del año 2014, previo a los aluviones del 25M. Tomamos muestras de polvos de calles y suelos urbanos en toda la ciudad y dentro del perímetro urbano de Copiapó (según el Plan Regulador Comunal). Estas muestras fueron tomadas en una forma sistemática de muestreo con el fin de identificar las diferentes concentraciones de metales y cómo se distribuyen por la ciudad. Para determinar la gravedad de este diagnóstico se debe considerar las vías de exposición a estos contaminantes y tener normas de comparación (las que no existen en Chile)».

Agregó que «a pesar de esto, si comparamos las distintas muestras de la ciudad podemos establecer que los sectores más cercanos a los relaves mineros abandonados tienen mayores concentraciones de metales. Por ejemplo, el sector agrícola de San Fernando en donde existen alrededor de seis relaves abandonados».

Este levantamiento de información reveló que «el sector del Palomar es uno de estos sitios donde existen al menos cuatro relaves abandonados y además se encuentran cerca de la zona industrial de Copiapó (en el acceso sur por la ex-ruta 5). También el sector agrícola de San Fernando posee numerosos relaves abandonados, para mí es uno de los casos más críticos, debido a que hay familias con niños viviendo prácticamente sobre los relaves. Por último, otro sector con mayores concentraciones que el resto de la ciudad es el centro de Copiapó, propio de una zona con alto tráfico y algunas fuentes de contaminación puntuales (ex-relaves)», sentenció Moya.

Estado como responsable

Existe una responsabilidad histórica del Estado, esto porque las personas con menos recursos viven en zonas contaminadas. «No sé desde que año se ha realizado esta práctica. Pero existen condominios en otras ciudades que actualmente se están construyendo, por lo que lo importante es saber que aún continúa ocurriendo; principalmente por desinformación y desconocimiento del Estado», explicó Moya.

Respecto a las razones de porqué optan por viviendas en sectores contaminados, argumentó que «primero que no existe una regulación de suelos contaminados ni tampoco estudios detallados. Y segundo que las personas en situación de pobreza se encuentran forzadas a vivir ahí ya que son los lugares más baratos».

Consultado por si quienes se toman terrenos para hacer campamentos, pueden estar en lugares contaminados sin saberlo, explicó que «es una situación que puede ocurrir ya que hay veces que la contaminación no da señales de estar allí. El caso de vivir cerca de un relave y sus consecuencias puede estar en conocimiento de esta gente, pero para ellos es un costo que tienen que asumir para poder tener acceso a una vivienda».

¿Qué medidas?

Para Moya, lo más básico es cerrar adecuadamente los relaves abandonados y «que se pueden exigir planes de compensación durante la Evaluación de Impacto Ambiental de nuevos proyectos mineros para que se enfoquen en reprocesar o retirar relaves abandonados, en vez de hacer actividades culturales o parques como normalmente hacen las empresas mineras», dijo.

Esta problemática no está solo en Copiapó, sino también en localidades y ciudades como Tierra Amarilla, Andacollo, Illapel, Calama y Salamanca, entre otras. Actualmente la Ley 20.551 «Regula el Cierre de Faenas e Instalaciones Mineras» exige a las empresas mineras que al momento de finalizar sus explotaciones deben proporcionar estabilización y control de los desechos mineros. El problema es que muchos de los relaves en Chile no se encuentran regidos por esta ley ya que son previos a su publicación en 2012.

En este contexto, según la visión de Moya el programa «Adopta tu relave» impulsado por el Ministerio de Minería desde el año pasado, va en «muy buen camino», pero «es vital que sea acompañado de la respectiva supervisión por parte del Estado y que las medidas de remediación ambiental adoptadas se lleven a cabo correctamente. El programa responde a medidas a mediano o largo plazo. Como medida a corto plazo es vital que se limite el acceso a los relaves y como medida a largo plazo se debe trabajar con la planificación territorial para prohibir la ubicación de relaves mineros en zonas urbanas».

Minvu

El seremi del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) Antonio Pardo, señaló mediante un comunicado que «las viviendas que se propone emplazar en terrenos con condiciones particulares de suelo, no se concretarán previo al requerimiento que hace el desarrollador, de un pronunciamiento por parte de la Seremi se Salud (informe), donde se señalan las obras de remediación necesarias para llevar a cabo el proyecto, en su mayoría se refieren al escarpe y restitución de una capa de suelo en áreas comunes y patios de las viviendas».

Asimismo, el Minvu a través de Serviu Región de Atacama, «posterior al aluvión 2015, envió un listado de terrenos Serviu a la Seremi de Salud, donde se planificaría el desarrollo de proyectos habitacionales, con la finalidad de que se remitieran estudios técnicos referidos a la probable contaminación de los suelos producto del aluvión y las obras de remediación necesarias para cumplir con las normativas vigentes».

Actualmente, según el Minvu el Itemizado Técnico Regional, actualizado en diciembre 2018, que es el instrumento que rige las exigencias técnicas para proyectos de vivienda, señala que «con la necesidad de abordar los procesos de construcción de los Programas Habitacionales del Ministerio de Vivienda y Urbanización con un enfoque de reducción de riesgos de desastre, las cuales serán establecidas previa consulta formal, por parte de la entidad patrocinante, a la Seremi Minvu Región de Atacama. Es decir, la entidad patrocinante a cargo de la elaboración de los proyectos, deberá consultar a esta Seremi por mitigaciones y acciones necesarias para abordar los proyectos dentro del marco regulatorio que las familias beneficiarias merecen».

Seremi de minería

Felipe Carrasco, seremi de Minería, dijo que se contabilizan 161 relaves en Atacama, de esa cifra 30 activos y 108 inactivos. En su mayoría, están distribuidos en las provincias de Copiapó y Chañaral.

La estrategia es trabajar en el programa «Adopta tu relave», sin embargo ninguna compañía se ha interesado en alguna propuesta para mejorar algún pasivo ambiental.

«Lo que está trabajando el Ministerio a nivel central es poder entregar las posibilidades a las compañías mineras que entren a evaluación ambiental que puedan proponer como una medida de mitigación o compensación el hacerse cargo de relaves que existen y que pueden causar algún impacto visual y removerlo y llevarlo a sus instalaciones (a su nuevo depósito de relaves)».

Respecto a la situación en la región señaló que «la idea es que cuando las empresas ingresen al sistema de Evaluación de Impacto Ambiental tengan esa posibilidad, pero aún no se ha concretado en Atacama».»Si comparamos las distintas muestras de la ciudad podemos establecer que los sectores más cercanos a los relaves mineros abandonados tienen mayores concentraciones de metales»

Pablo Moya, Investigador Cedeus»»Las viviendas que se propone emplazar en terrenos con condiciones particulares de suelo, no se concretarán previo al requerimiento que hace el desarrollador, de un pronunciamiento por parte de la Seremi se Salud (informe)»

Antonio Pardo, Seremi Minvu»

¿HAY DEUDA HISTÓRICA PORQUE NO SE HAN TRATADO LOS RELAVES?

Para el investigador Pablo Moya, la deuda existe y «muchos de estos relaves abandonados no tienen aún un dueño reconocido, por lo tanto no existe un responsable y finalmente se transmite la responsabilidad al Estado. Creo que el término ‘pasivo ambiental’ define perfectamente la situación, ya que corresponde a una deuda ambiental que dejó la antigua minería y que actualmente nosotros y el Estado debemos enfrentar. La falta de proyección hacia el futuro condujo a la situación actual de Copiapó, como también en muchas otras ciudades del país, y es vital que para alcanzar un desarrollo urbano sustentable podamos solucionar estos problemas y no seguir posponiéndolos».

Consultada la Autoridad Sanitaria respecto al tema, mediante un comunicado señaló que «se está trabajando intersectorialmente, con las distintas instituciones y organizaciones, Por otro lado, hace unos años, dado el contexto regional, se creó la unidad de epidemiología ambiental y enfermedades no transmisibles, que se encarga entre otras cosas, de analizar la situación de salud de las distintas comunas, principalmente las que poseen panoramas ambientales más complejos.Buscando con ello, evaluar el efecto que pudieran tener los factores ambientales sobre la salud de la población, cosa que no es sencilla de asociar. Cabe señalar que, junto con la contaminación ambiental, existen otros factores, entre ellos hábitos de vida (sedentarismo, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, obesidad, etc.), que influyen en la condición de salud de las poblaciones. Además, esta institución posee un rol fiscalizador, de acuerdo a las normativas ambientales vigentes, que también vela por la salud de la población».

FUENTE: Diario Atacama


Estudio evidencia relación entre estrato socioeconómico y la exposición a contaminantes

Investigadores CEDEUS en terreno.

Diario Atacama/ 20 de marzo 2019/ El análisis efectuado en Atacama a partir de 2014, midió la composición de suelos y se tomaron muestras que revelaron que las personas vulnerables están más expuestas debido a que sus viviendas están emplazadas cerca de relaves o ex relaves. Seremi de Minería dijo que programa «Adopta tu relave» no ha tenido interesados en la región.

Una investigación del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus) de la Pontificia Universidad Católica de Chile deja en evidencia que existe una relación entre la exposición a contaminantes y el estrato socioeconómico de las personas en Copiapó.

Pablo Moya, ingeniero e investigador de Cedeus efectuó su tesis de magister en la relación entre la exposición a contaminantes y el estrato socioeconómico de las personas, y para ello midió la composición de los diferentes suelos y el polvo de las calles de la capital regional. Tras esto, identificó a quienes residen en los lugares de mayores concentraciones.

En Copiapó, según el informe, hay más de cien relaves y 22 de ellos sin controlar, los que están ubicados en la zona urbana y periourbana. Los resultados de la investigación, que contó con el apoyo del equipo de geoquímica de Cedeus indican que la población más vulnerable está más expuesta a contaminantes, ya que vive en las cercanías de los depósitos, que en su mayoría no están controlados adecuadamente, según explica. «No tienen muros y son constantemente erosionados por el viento dispersando sus contaminantes», detalló Pablo Moya.

Agrega que la lluvia, los aluviones y el viento propagan los contaminantes de los relaves en sus sectores aledaños. Uno de los metales al que se exponen quienes pertenecen a los estratos socioeconómicos C2, C3 y D es el mercurio, que produce alteraciones en el sistema nervioso central y periférico. «Las personas del estrato socioeconómico E están más expuestas a cobre, que en exceso afecta al sistema intestinal, al hígado y destruye células sanguíneas», detalla el informe.

La desregulación del comercio de suelos influye en que los suelos periféricos de la ciudad sean los de menor valor, por lo que quienes tienen menos recursos deben optar por estas zonas. Además, el Estado entrega viviendas sociales en estas mismas zonas porque es donde pueden comprar los terrenos. Por eso, señala Pablo Moya, «para el futuro es importante que la planificación territorial no permita la instalación de zonas residenciales sobre ex zonas de relaves a menos que exista la remediación ambiental adecuada».

Respecto a la metodología de trabajo que efectuaron, Moya explicó que «esta investigación la hemos realizado a partir del año 2014, previo a los aluviones del 25M. Tomamos muestras de polvos de calles y suelos urbanos en toda la ciudad y dentro del perímetro urbano de Copiapó (según el Plan Regulador Comunal). Estas muestras fueron tomadas en una forma sistemática de muestreo con el fin de identificar las diferentes concentraciones de metales y cómo se distribuyen por la ciudad. Para determinar la gravedad de este diagnóstico se debe considerar las vías de exposición a estos contaminantes y tener normas de comparación (las que no existen en Chile)».

Agregó que «a pesar de esto, si comparamos las distintas muestras de la ciudad podemos establecer que los sectores más cercanos a los relaves mineros abandonados tienen mayores concentraciones de metales. Por ejemplo, el sector agrícola de San Fernando en donde existen alrededor de seis relaves abandonados».

Este levantamiento de información reveló que «el sector del Palomar es uno de estos sitios donde existen al menos cuatro relaves abandonados y además se encuentran cerca de la zona industrial de Copiapó (en el acceso sur por la ex-ruta 5). También el sector agrícola de San Fernando posee numerosos relaves abandonados, para mí es uno de los casos más críticos, debido a que hay familias con niños viviendo prácticamente sobre los relaves. Por último, otro sector con mayores concentraciones que el resto de la ciudad es el centro de Copiapó, propio de una zona con alto tráfico y algunas fuentes de contaminación puntuales (ex-relaves)», sentenció Moya.

Estado como responsable

Existe una responsabilidad histórica del Estado, esto porque las personas con menos recursos viven en zonas contaminadas. «No sé desde que año se ha realizado esta práctica. Pero existen condominios en otras ciudades que actualmente se están construyendo, por lo que lo importante es saber que aún continúa ocurriendo; principalmente por desinformación y desconocimiento del Estado», explicó Moya.

Respecto a las razones de porqué optan por viviendas en sectores contaminados, argumentó que «primero que no existe una regulación de suelos contaminados ni tampoco estudios detallados. Y segundo que las personas en situación de pobreza se encuentran forzadas a vivir ahí ya que son los lugares más baratos».

Consultado por si quienes se toman terrenos para hacer campamentos, pueden estar en lugares contaminados sin saberlo, explicó que «es una situación que puede ocurrir ya que hay veces que la contaminación no da señales de estar allí. El caso de vivir cerca de un relave y sus consecuencias puede estar en conocimiento de esta gente, pero para ellos es un costo que tienen que asumir para poder tener acceso a una vivienda».

¿Qué medidas?

Para Moya, lo más básico es cerrar adecuadamente los relaves abandonados y «que se pueden exigir planes de compensación durante la Evaluación de Impacto Ambiental de nuevos proyectos mineros para que se enfoquen en reprocesar o retirar relaves abandonados, en vez de hacer actividades culturales o parques como normalmente hacen las empresas mineras», dijo.

Esta problemática no está solo en Copiapó, sino también en localidades y ciudades como Tierra Amarilla, Andacollo, Illapel, Calama y Salamanca, entre otras. Actualmente la Ley 20.551 «Regula el Cierre de Faenas e Instalaciones Mineras» exige a las empresas mineras que al momento de finalizar sus explotaciones deben proporcionar estabilización y control de los desechos mineros. El problema es que muchos de los relaves en Chile no se encuentran regidos por esta ley ya que son previos a su publicación en 2012.

En este contexto, según la visión de Moya el programa «Adopta tu relave» impulsado por el Ministerio de Minería desde el año pasado, va en «muy buen camino», pero «es vital que sea acompañado de la respectiva supervisión por parte del Estado y que las medidas de remediación ambiental adoptadas se lleven a cabo correctamente. El programa responde a medidas a mediano o largo plazo. Como medida a corto plazo es vital que se limite el acceso a los relaves y como medida a largo plazo se debe trabajar con la planificación territorial para prohibir la ubicación de relaves mineros en zonas urbanas».

Minvu

El seremi del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) Antonio Pardo, señaló mediante un comunicado que «las viviendas que se propone emplazar en terrenos con condiciones particulares de suelo, no se concretarán previo al requerimiento que hace el desarrollador, de un pronunciamiento por parte de la Seremi se Salud (informe), donde se señalan las obras de remediación necesarias para llevar a cabo el proyecto, en su mayoría se refieren al escarpe y restitución de una capa de suelo en áreas comunes y patios de las viviendas».

Asimismo, el Minvu a través de Serviu Región de Atacama, «posterior al aluvión 2015, envió un listado de terrenos Serviu a la Seremi de Salud, donde se planificaría el desarrollo de proyectos habitacionales, con la finalidad de que se remitieran estudios técnicos referidos a la probable contaminación de los suelos producto del aluvión y las obras de remediación necesarias para cumplir con las normativas vigentes».

Actualmente, según el Minvu el Itemizado Técnico Regional, actualizado en diciembre 2018, que es el instrumento que rige las exigencias técnicas para proyectos de vivienda, señala que «con la necesidad de abordar los procesos de construcción de los Programas Habitacionales del Ministerio de Vivienda y Urbanización con un enfoque de reducción de riesgos de desastre, las cuales serán establecidas previa consulta formal, por parte de la entidad patrocinante, a la Seremi Minvu Región de Atacama. Es decir, la entidad patrocinante a cargo de la elaboración de los proyectos, deberá consultar a esta Seremi por mitigaciones y acciones necesarias para abordar los proyectos dentro del marco regulatorio que las familias beneficiarias merecen».

Seremi de minería

Felipe Carrasco, seremi de Minería, dijo que se contabilizan 161 relaves en Atacama, de esa cifra 30 activos y 108 inactivos. En su mayoría, están distribuidos en las provincias de Copiapó y Chañaral.

La estrategia es trabajar en el programa «Adopta tu relave», sin embargo ninguna compañía se ha interesado en alguna propuesta para mejorar algún pasivo ambiental.

«Lo que está trabajando el Ministerio a nivel central es poder entregar las posibilidades a las compañías mineras que entren a evaluación ambiental que puedan proponer como una medida de mitigación o compensación el hacerse cargo de relaves que existen y que pueden causar algún impacto visual y removerlo y llevarlo a sus instalaciones (a su nuevo depósito de relaves)».

Respecto a la situación en la región señaló que «la idea es que cuando las empresas ingresen al sistema de Evaluación de Impacto Ambiental tengan esa posibilidad, pero aún no se ha concretado en Atacama».»Si comparamos las distintas muestras de la ciudad podemos establecer que los sectores más cercanos a los relaves mineros abandonados tienen mayores concentraciones de metales»

Pablo Moya, Investigador Cedeus»»Las viviendas que se propone emplazar en terrenos con condiciones particulares de suelo, no se concretarán previo al requerimiento que hace el desarrollador, de un pronunciamiento por parte de la Seremi se Salud (informe)»

Antonio Pardo, Seremi Minvu»

¿HAY DEUDA HISTÓRICA PORQUE NO SE HAN TRATADO LOS RELAVES?

Para el investigador Pablo Moya, la deuda existe y «muchos de estos relaves abandonados no tienen aún un dueño reconocido, por lo tanto no existe un responsable y finalmente se transmite la responsabilidad al Estado. Creo que el término ‘pasivo ambiental’ define perfectamente la situación, ya que corresponde a una deuda ambiental que dejó la antigua minería y que actualmente nosotros y el Estado debemos enfrentar. La falta de proyección hacia el futuro condujo a la situación actual de Copiapó, como también en muchas otras ciudades del país, y es vital que para alcanzar un desarrollo urbano sustentable podamos solucionar estos problemas y no seguir posponiéndolos».

Consultada la Autoridad Sanitaria respecto al tema, mediante un comunicado señaló que «se está trabajando intersectorialmente, con las distintas instituciones y organizaciones, Por otro lado, hace unos años, dado el contexto regional, se creó la unidad de epidemiología ambiental y enfermedades no transmisibles, que se encarga entre otras cosas, de analizar la situación de salud de las distintas comunas, principalmente las que poseen panoramas ambientales más complejos.Buscando con ello, evaluar el efecto que pudieran tener los factores ambientales sobre la salud de la población, cosa que no es sencilla de asociar. Cabe señalar que, junto con la contaminación ambiental, existen otros factores, entre ellos hábitos de vida (sedentarismo, tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, obesidad, etc.), que influyen en la condición de salud de las poblaciones. Además, esta institución posee un rol fiscalizador, de acuerdo a las normativas ambientales vigentes, que también vela por la salud de la población».

FUENTE: Diario Atacama