Incendios en Chile: las razones de la tormenta de fuego perfecta

9 de febrero/ Deutsche Welle/El investigador CEDEUS, Héctor Jorquera, explica los factores que favorecen a la propagación de los incendios forestales en el centro sur de Chile. 

Chile no enfrentaba incendios de esta magnitud desde 2017. Entonces, se quemaron más de 600 mil hectáreas y 10 personas perdieron la vida. En lo que va de este año, las llamas en la zona centro sur han arrasado más de 330 mil hectáreas y ya se cuentan 24 fallecidos, más de mil heridos y mil viviendas destruidas.

Uno de los primeros factores que explican la dimensión de esta catástrofe es el cambio climático. Las temperaturas máximas de la zona sur, donde se concentran bosques y plantaciones forestales, han aumentado en promedio 0,5 grados por década, por sobre el promedio del aumento global, indica Rondanelli. A esto se suma una sequía de más de diez años.

«En la zona donde ha habido más incendios tenemos clima mediterráneo, con primaveras y veranos secos. A la sequedad del suelo se sumaron altas temperaturas este año, asociadas a vientos más intensos que ayudaron a propagar el fuego», explica a DW Héctor Jorquera, investigador CEDEUS. 

Otro factor clave es que ha disminuido la distancia entre zonas urbanas y bosques o terrenos forestales.

Jorquera sostiene que, así como hay ordenanzas que consideran el peligro de deslizamiento o inundación para regular las zonas edificables, se debiera tener en cuenta el riesgo de incendios. «Terrenos muy disparejos, que combinan valle y colina, producen corrientes de aire que facilitan que se propague el fuego, en comparación con lugares planos, donde además es más fácil visualizar el incendio y huir», señala.

Por otra parte, un efecto menos comentado, pero igualmente grave es que «los incendios contribuyen mucho a aumentar el dióxido de carbono en la atmósfera. Cuando la biomasa se quema, todo el CO2 que tenía capturado en su tejido se libera», explica Jorquera.

«Se calcula que las hectáreas quemadas en 2017 fueron equivalentes a todas las emisiones fósiles en Chile ese año. Y, ahora, ya en febrero, emitimos la mitad de lo que genera Chile en un año. Estamos empeorando el problema», lamenta el investigador.

Y concluye: «Los bosques y plantaciones son mecanismos de mitigación del cambio climático. Somos un país especialmente vulnerable y debiéramos impulsar medidas de adaptación. Antes de que se inicie el fuego, cuyo control es muy difícil, se pueden tomar medidas políticas y sociales de prevención a largo plazo, y fomentar paisajes más resilientes».

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Fuente: Deutsche Welle