09 Abr María Isabel Rivera/ Infraestructura Escolar y salud: un llamado para mejorar los espacios de aprendizaje
7 de abril/ El Sur/ La calidad ambiental y las mejoras en infraestructura escolar se levantan como una nueva problemática en las salas de clases. Sobre este tema, escribe la investigadora CEDEUS, María Isabel Rivera, quien destaca la importancia de la colaboración entre distintos estamentos.
El inicio del año escolar no significa sólo el término de las vacaciones y compra de materiales escolares, si no también certificado médico y visitas al doctor. A un mes del inicio de clases, vemos el aumento de la circulación de virus y enfermedades respiratorias y, sin entender por qué, normalizamos esta condición de que las salas de clases sean focos de infección.
“Retos de los espacios de aprendizaje: Repensando ambientes para el bienestar y la salud” fue el título de un reciente workshop internacional, organizado por Laboratorio Vital Signs de la Facultad Arquitectura, Urbanismo y Geografía de UdeC y el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), donde conversamos sobre calidad ambiental y mejoras en la infraestructura escolar, convirtiéndose en un espacio crucial para la reflexión y acción conjunta entre la academia, sector público y privado.
Esta jornada permitió revelar la complejidad de los desafíos que enfrenta la infraestructura educativa en nuestro país, a partir de las experiencias y las visiones provenientes de representantes de la Dirección de Administración de Educación Municipal (DAEM), servicios locales, directores de colegios y profesores, así como de investigadores y diseñadores, actores principales de estos espacios.
Uno de los resultados preliminares más destacados fue la identificación de problemas arraigados en la falta de coordinación y en la orientación política de las decisiones. En muchos casos, las decisiones se toman desde una perspectiva política más que como parte de una política pública que busque mejorar las condiciones a nivel nacional, en lo que respecta a la educación en sus distintos roles. La asignación de recursos, en ocasiones, carece de una orientación eficiente hacia la mejora de la infraestructura escolar, relegándola a un segundo plano frente a otras prioridades.
Otro tema que revelaron los participantes fue la falta de una actualización en la normativa que regule mejor las condiciones de habitabilidad interior permitiendo establecer rangos mínimos y máximos de temperatura, humedad relativa, niveles de concentración de CO2 saludables, rangos de iluminación y ventilación natural en las salas de clases, de tal manera de potenciar el aprendizaje.
Finalmente, el abandono y despreocupación por el estado actual de la infraestructura de los colegios fue también otras de las problemáticas identificadas. Se hace insostenible lograr buenas condiciones de habitabilidad, así como una buena enseñanza con el gran hacinamiento que se evidencia en las salas de clases en nuestro país. Esto último es algo fundamental que no se ha abordado de forma sistemática en la educación en Chile, y que es de suma urgencia abordar como problemática de salud pública.
Este tipo de eventos no debería ser solo un encuentro aislado, sino un punto de partida para una colaboración sostenible. La integración de la academia, el sector público y los actores privados es esencial para impulsar una política pública efectiva y centrada en la mejora continua de las condiciones educativas. Ahora, más que nunca, es momento de pasar de las palabras a la acción y trabajar juntos hacia un futuro educativo más prometedor donde el bienestar y la salud de los y las estudiantes sean ejes centrales de la conversación.