28 Sep Juan Antonio Carrasco/Menos autos y más ciudad para compartir
28 de septiembre 2018/ Columna Juan Antonio Carrasco investigador principal Centro de Desarrollo Urbano Sustentable CEDEUS y profesor Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Concepción.
Como todas las celebraciones, el Día Nacional Sin Automóvil tiene más de un significado. Va más allá de los aspectos relacionados con el transporte y nos plantea preguntas acerca de nuestras ciudades y calidad de vida.
Antes de las reflexiones “sin autos”, una aclaración necesaria: este día no busca demonizar el automóvil, el cual sigue siendo un modo de transporte relevante, sino de resignificar su rol presente y futuro.
En las ciudades chilenas menos de la mitad de los hogares dispone de automóvil; así esta celebración se presenta como una oportunidad para pensar acerca de la movilidad de estos hogares y de la equidad en transporte. En particular, nos permite resaltar la importancia del transporte público y la caminata para los hogares con menos ingresos, y que dependen más de estos bienes públicos y de visiones comunes de ciudad. Por ello, avanzar en mejorar la calidad de la caminata, la bicicleta y el sistema de transporte público en todo el país, es un aspecto central de política pública en nuestras ciudades.
El Día Nacional Sin Automóvil también llama a pensar en la urgente necesidad de que nuestras ciudades sean más saludables y, por lo tanto, menos dependientes del automóvil. Este aspecto clave ya está siendo liderado por muchas ciudades del mundo en la prohibición futura de combustibles contaminantes, la restricción a la entrada de automóviles a los centros de actividades, y la fuerte promoción al uso de la bicicleta.
En Chile aún estamos al debe. Es clave comprender que el espacio público es escaso, lo que implica que optar por el transporte público como modo más eficiente de uso del espacio vial y ayudar a preservar las áreas verdes aún existentes. De manera similar, implica entender que ciudades más saludables, son aquéllas donde podemos llegar caminando hacia nuestras distintas actividades diarias.
Otra mirada a este día es una perspectiva de futuro, que vaya más allá de entender el transporte como un “problema” o una competencia entre modos. En un futuro no muy lejano, nuevas tecnologías permitirán la electrificación masiva del parque automotriz, y la automatización de los procesos de conducción, lo que traerá nuevas oportunidades para el automóvil y nuevos desafíos a las ciudades. En ese sentido, el deber de la academia, el sector público y los ciudadanos en general, es adelantarse a estas realidades y comprender que la tecnología no va a resolver los problemas actuales de equidad y uso del espacio.
En ese sentido la clave estará en un paradigma que asuma ciudad como un espacio “compartido”, esto es construir una visión de ciudad común, que privilegie los modos compartidos y sustentables, y en donde carecer de automóvil no sea una barrera para la integración social. El Día Nacional Sin Automóvil debe convertirse en una manera de vivir nuestras ciudades y no en una excepción.