20 Ago LIBRO Sustentabilidad a escala de barrio: Re-visitando el Programa Quiero Mi Barrio
Ya está disponible la edición descargable del libro Sustentabilidad a Escala de Barrio, donde se estudia la sustentabilidad de la implementación del Programa Quiero Mi Barrio en sectores urbanos físicamente deteriorados y socialmente vulnerables.
El estudio realizado por el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable CEDEUS en colaboración con el Ministerio de Vivienda y Urbanismo MINVU, indaga en uno de sus grandes desafíos; la sustentabilidad de las inversiones que se realizan a escala barrial, una temática que requiere tanto desarrollo empírico como teórico.
El programa Quiero Mi Barrio (QMB), impulsado desde el 2006, se ha implementado en 610 barrios de 158 comunas del país, a través del mejoramiento y dotación de espacios públicos, equipamientos comunitarios y entornos barriales, considerando la participación de la comunidad en el proceso.
Nicolás Ormeño, Secretario Ejecutivo del Programa Recuperación de Barrios del MINVU, señala en la introducción del libro que “la participación de la sociedad civil en las decisiones de desarrollo urbano es un componente fundamental para avanzar hacia ciudades más inclusivas y a una mejor calidad de vida urbana”.
Por otro lado, Margarita Greene, investigadora CEDEUS que lideró el estudio, señala la importancia de abordar la sustentabilidad en la escala de barrio, donde el habitante se relaciona con su vivienda y con su ciudad, porque aun cuando la “sustentabilidad implica una escala mayor, su ´campo de juego primario´ es el habitat de las personas. Y esta visión parece haber sido comprendida por distintos gobiernos ya que el QMB ha permanecido en el tiempo ocupando un rol emblemático en la regeneración urbana”.
Entramado social
La evaluación del Quiero Mi Barrio parece ser positiva por parte de sus beneficiarios, ya que la mayoría de los residentes en dichos barrios participa de la vida comunitaria, especialmente en actividades solidarias. Pasado 5 años de la intervención, más del 65% de los encuestados participa en velorios o actividades solidarias para enfrentar enfermedades. En cambio, hay menor participación en acciones de colaboración, como podría ser limpiar una plaza, o en actividades de celebración colectiva (fiestas patrias vecinales). Al parecer, la adversidad es aglutinadora.
En cuanto a las relaciones que existen entre los vecinos se aprecia una mejora sostenida en la convivencia cotidiana; por ejemplo, en la conversación habitual entre vecinos y vecinas. Un 38% indicó que inicialmente se conversaba siempre y/o algunas veces, la cifra asciende a un 44% al finalizar el programa QMB y, luego, a un 50% pasados 5 años de haber concluido.
Sobre la estigmatización que reportaba la mayoría de los habitantes de los barrios intervenidos al momento de iniciar las intervenciones, al parecer ésta ha ido disminuyendo, porque el 80% de los encuestados dice sentirse orgulloso de vivir donde vive y el 60% no se cambiaría, aunque pudiera hacerlo.
Entorno
La variedad, cantidad y calidad de las obras realizadas por el QMB, así como su mantención y estado de conservación, es bueno y ante la pregunta “¿Usted utiliza los siguientes espacios al menos una vez al mes?”, los resultados indican que las plazas y parques llevan la delantera con 49% de los encuestados que responden de manera afirmativa, seguida de sedes sociales (33%) y de canchas o espacios deportivos (30%).
Que los vecinos utilicen las plazas no está en concordancia con su valoración de las obras realizadas en el marco del programa. En cuanto a satisfacción; 73% se muestra muy satisfecho con la iluminación y 70% muy satisfecho con los pavimentos, pero la cifra baja a 51% cuando se trata de la satisfacción con la plaza.
Gobernanza
El mayor problema de gobernanza en este ámbito es la conformación del Consejo Vecinal de Desarrollo (CVD) y su rol, especialmente cuando termina la acción directa del Quiero Mi Barrio. Dicho consejo es una de las innovaciones que implementa el programa. Se trata de una entidad vinculante, conformada por vecinos y vecinas, creada especialmente para ser contraparte en la implementación de mejoras que lleva adelante QMB.
Si bien la creación de los CVD fue necesaria porque muchas veces no existía una entidad aglutinadora en los barrios a trabajar, es claro que su conformación puede ser problemática al competir con las organizaciones existentes del barrio.
Finalmente, es importante consignar que una de las dificultades del estudio, como señalan sus autores, fue “intentar delimitar un territorio; por un lado, las áreas de intervención no siempre han correspondido a comunidades con una historia común, por lo cual el programa se ve como una imposición “desde arriba” a construir una comunidad donde no la hay; por el otro, los problemas de segregación y pobreza urbana difícilmente pueden resolverse en la escala barrial, de lo cotidiano y local”.