10 Mar Investigadoras/es CEDEUS y sociedad civil reflexionan sobre desigualdades de género en la ciudad
10 de marzo/ En el marco del Día Internacional de la Mujer, el jueves 5 de marzo, el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS) reunió a investigadoras/es y organizaciones de la sociedad civil para analizar cómo habitan las mujeres la ciudad y el espacio público, y cuál es el impacto que tiene en sus vidas y prácticas cotidianas.
En la primera parte del conversatorio Mujeres y ciudad en crisis, la académica de la Escuela de Salud Pública UC; Alejandra Vives, Pablo Navarrete, profesor del Instituto de la Vivienda de la Universidad de Chile y Alejandra Lunecke, profesora de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Alberto Hurtado abordaron la pregunta ¿Por qué las desigualdades urbanas afectan de forma distinta a las mujeres?
Al respecto, en su presentación sobre vínculos entre ciudad y salud, Alejandra Vives sostuvo que: «Las condiciones de empleo y trabajo, el trabajo doméstico, los ingresos económicos y la vivienda, y el entorno residencial son todos elementos que determinan la salud de las personas y hay significativas diferencias de género».
Mientras que, a partir de los estudios sobre barrios segregados, Alejandra Lunecke enfatizó que aquellas que hacen más comunidad son las mujeres, quienes tienen una visión de la seguridad más asociada a la afectividad y el cuidado colectivo. «Cuando los vecinos y vecinas hablaban de seguridad en los espacios públicos hacen énfasis al cuidado mutuo. A diferencia de las políticas públicas que apelan al cuidado individual», afirmó la investigadora.
También respecto a la vida en el barrio, desde Londres en videoconferencia, Pablo Navarrete explicó que la percepción de seguridad presenta diferencias de género y que, por tanto, las medidas que se deben tomar para aumentar seguridad resultan distintas para hombres y mujeres. Por ejemplo, según el estudio expuesto, los hombres jóvenes no tienen una percepción de inseguridad tan alta como las mujeres, quienes valoran más la utilización de iluminarias en barrios porque influyen en su sensación de seguridad.
Posteriormente, representantes de Mujeres Autoconvocadas de Macul compartieron experiencias sobre organización en el territorio y la importancia que ha tenido la organización vecinal tras el estallido social de 18 de octubre. «Nos hemos tomado espacios públicos que antes eran considerados como inseguros para nosotras como mujeres, lo que es una conquista», sostuvo Denisse Carvacho.
Olga Segovia, integrante de la Red de Mujeres por la Ciudad, enfatizó que la “ausencia del espacio público produce una sensación de inseguridad que afecta en la convivencia, sobre todo para las mujeres que se dedican a las labores de cuidado en sus casas». Lo anterior, porque la ausencia de espacio comunes, como parques, o como plazas que sean percibidas como seguras aumentan la percepción de que existe un riesgo para las mujeres, muchas no se desplazan de noche, o bien, temen que sus hijos/as puedan verse involucrados en situaciones de violencia.
Mujeres moviéndose en la ciudad
En la segunda parte del conversatorio, el tema a tratar fue el acceso y movilidad de las mujeres en la ciudad y presentaron las/los investigadores CEDEUS: Alejandra Rasse, académica de la Escuela de Trabajo Social UC; Juan Antonio Carrasco, profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción; Lake Sagaris, profesora de del Departamento de Transporte UC; y, Magdalena Rivera, encargada de Laboratorios Urbanos del centro.
Hubo consenso en la mesa acerca de la importancia de que la planificación en transporte considere los desplazamientos vinculados a labores de cuidado y reproducción de la vida, diversificando los medios e infraestructura para hacer una ciudad más sustentable, y segura para todos y todas. Por ejemplo, las mujeres no tienen una línea recta de movilización, no van solo de la casa al trabajo ida y vuelta, sino más bien coordinan distintas labores: van a dejar a sus hijos e hijas, luego van al trabajo, luego van a hacer compras de la casa, regresan a buscar a sus hijos o hijas, o coordinan con familiares este traslado.
Estas dinámicas de desplazamiento se repiten en labores de cuidados a adultos/as mayores o personas enfermas, y colaboran en las desigualdades que viven en las ciudades, quienes ocupan más tiempo cuidando de otras personas, se desplazan más y tienen más riesgo de exponerse a situaciones de acoso o abuso. Es vital entonces, considerar estas trayectorias como parte de la planificación urbana, concordaron las y los investigadores presentes.
En la mesa ¿Cuánto, cómo y por qué se mueven las mujeres? comentaron Sandra Aguilera del Colectivo Muévete y María José Guerrero del Observatorio Contra el Acoso Callejero OCAC.
“Hoy no tenemos una libre elección de movilidad, uno no puede escoger cómo movilizarse porque no existen algunas opciones como metro-bicicleta o micro-bicicleta, problema que se acompaña de una alta segregación en comunas, ya que el transporte público no tiene la misma calidad ni eficiencia en todos los lugares de la ciudad, lo que afecta a los viajes cotidianos. Esto ha aumentado el uso de bicicletas, como una alternativa al problema de movilidad que ofrecen el transporte público”, señaló Sandra Aguilera.
María José Guerrero enfatizó en que es necesario “develar cómo las mujeres se mueven hoy en la ciudad, pero no para hacer calzar mejor los movimientos en el sistema, sino para modificar la estructura que vuelve mas difícil la vida de las mujeres”.
Descarga aquí las presentaciones:
Alejandra Rasse. Movilidades de mujeres en barrios populares segregados.
Alejandra Vives. Ciudad y desigualdades de género en salud.
Juan Antonio Carrasco. Movilidad del cuidado, Interdependencia.
Lake Sagaris. Hacia un transporte justo: las crisis como oportunidades.