21 Jun Isabel Rivera/La tormenta perfecta: apertura de las escuelas en pleno invierno
Diario El Sur / 20 de junio de 2021 / Isabel Rivera, arquitecta docente de FAUG UdeC e investigadora de CEDEUS especialista en confort térmico y eficiencia energética, publicó columna que detalla los grandes desafíos en infraestructura educativa que tiene Chile para poder afrontar un retorno a clases sin aumentar de manera desmedida los contagios de covid-19.
La decisión de abrir las escuelas en pleno paso 2 del plan “Paso a Paso” del Gobierno pone en evidencia que aún quedan cosas importantes por aprender, entre ellas que la realidad de las escuelas y colegios de Santiago no es representativo en términos de recursos e infraestructura a lo que existe en el resto del país. Nadie cuestiona la gran importancia de que los niños y niñas puedan retornar prontamente a clases presenciales, dado los beneficios de aprendizaje, socioemocionales y de salud mental que ello conlleva. Sin embargo, al tomar una decisión de re-apertura, cuando los casos de contagio en nuestro país no han bajado de manera significativa y sistemáticamente, surge el cuestionamiento de cómo podemos asegurar que los establecimientos sean lugares seguros y no focos de más contagios para la comunidad.
El MINEDUC estableció el protocolo “Abrir las escuelas paso a paso”, en él se establecen siete pasos de preparación para la apertura de las escuelas. Dentro de la descripción, se hace un gran énfasis a la limpieza y desinfección que deben cumplir los establecimientos, pero no así sobre las medidas preventivas que debiesen tomarse en cuanto a las características físicas que deben tener las salas de clases para asegurar una buena ventilación y un distanciamiento social que busque reducir el riesgo de transmisión.
La evidencia científica ha demostrado que el contagio por la deposición de partículas del virus en superficies es muy baja en comparación con a la transmisión por contacto directo, transmisión por gotitas al toser o por “aerosoles”, por tanto, la desinfección de superficies no tiene un impacto significativo en la reducción del riesgo de transmisión del virus, a diferencia del buen y constante lavado de manos, uso de mascarillas y la buena ventilación en espacios cerrados donde hay personas por tiempos prolongados. Existe evidencia científica clara y contundente que el SARS-CoV-2 se transmite por al aire, algo que recientemente ha sido reconocido por la OMS, entonces es de suma importancia que las medidas que está impulsando el MINEDUC sean re-dirigidas a mejorar el acondicionamiento interior de las escuelas.
Muchos establecimientos educacionales han tenido que desarrollar sus propios protocolos internos sin mucha orientación técnica y profesional. Por ejemplo, para cómo determinar cuál es el número máximo de estudiantes que debe tener una sala de clases en su interior. Según lo establecido por el MINSAL en el Protocolo de Medidas Sanitarias para Establecimientos de Educación Escolar, sólo se hace referencia a mantener un distanciamiento social de al menos 1 m en lugares abiertos y cerrados. Sin embargo, la literatura recomienda mantener una distancia de 2 m para reducir la transmisión por caída de gotitas o aerosoles. Si además consideramos el contexto de una sala de clases, se torna más relevante mantener un distanciamiento mayor a 1 m, dado lo activos que son niños y niñas, y así poder asegurar una buena ventilación y circulación de aire. En la gran mayoría de salas de clases en Chile, el ventilar sucede sólo a través de un sistema pasivo como lo es el abrir puertas y/o ventanas, ya que no se dispone de sistemas complementarios que permitan renovar el aire viciado con aire limpio del exterior. Varios estudios previos a la pandemia han evidenciado mala calidad de aire en las aulas con niveles de CO2 >2,000 ppm, muy superiores al limite de 1,000 ppm recomendado por la OMS, impactando de manera negativa en el aprendizaje, bienestar y transmisión de enfermedades respiratorias como la influenza y actualmente el COVID-19.
Es muy importante también que se incorporen e implementen en el protocolo la importancia del monitoreo preventivo y la trazabilidad oportuna de casos tanto sintomáticos como asintomáticos. Incorporar más estudios epidemiológicos en escuelas permitirá entender mejor las causas de transmisión y carga viral presentes, y si efectivamente las condiciones actuales de nuestras salas de clases son comparables a los resultados que se están evidenciando a nivel internacional, donde al tomar las diversas medidas preventivas que ha establecido la CDC, ASHRAE y ahora la OMS, los colegios no han sido focos de contagio. Esto último debe evaluarse y comprobarse directamente en Chile, ya que la realidad de nuestra infraestructura escolar es muy distinta, comparada con otros países.
Ad-portas de iniciar nuevamente una temporada de invierno, donde la permanencia en espacios cerrados y mal ventilados alerta un escenario poco favorable si seguimos con altos niveles de contagio, nos enfrentamos nuevamente a la tormenta perfecta.
Fuente: Diario El Sur.