Adhesión de Chile al Desafío del Agua Dulce fortalece los compromisos de protección y restauración de ecosistemas hídricos

País Circular

4 de enero/ El Desafío del Agua Dulce (Freshwater Challenge) es una iniciativa a la que ya se han sumado 40 países y que tiene como objetivo restaurar, de acá a 2030, cerca de 300 mil kilómetros de ríos y 350 millones de hectáreas de humedales degradados. Para conocer qué implica que Chile forme parte de este reto y su efecto para los más de 40 mil humedales existentes en territorio nacional, País Circular conversó con la investigadora principal CEDEUS Carolina Rojas.

Chile adhirió hace pocas semanas a la iniciativa internacional Desafío del Agua Dulce (Freshwater Challenge), que tiene el ambicioso objetivo de restaurar en los próximos seis años un total de 300 mil kilómetros de ríos degradados -lo que equivale a dar más de siete vueltas a la Tierra- y 350 millones de hectáreas de humedales deteriorados, una superficie mayor que la India. Lograr esta meta sería de máxima utilidad para la mitigación de las consecuencias de la triple crisis que enfrenta el mundo a nivel ambiental: de cambio climático, de contaminación y de pérdida de biodiversidad.

La iniciativa Desafío del Agua Dulce (DAD) comenzó a gestarse en septiembre de 2023 en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, impulsada por seis países, y luego fue promovida en la COP28, donde el 10 de diciembre se sumaron 34 países, entre ellos Chile. La participación nacional en el DAD coincide con una serie de políticas públicas que apuntan en la misma dirección, y con la urgencia de tomar acciones para hacer frente a la severa crisis hídrica.

Según explica la investigadora principal del Centro de Desarrollo Sustentable de la Universidad Católica (CEDEUS) y del Instituto Milenio SECOS, Carolina Rojas, la situación de los humedales a nivel mundial es bastante frágil, están en una situación de degradación, deterioro y pérdida de superficie. En el caso de Chile, explica, los últimos seis años ha habido una revalorización de este tipo de ecosistemas, impulsada principalmente por organizaciones ciudadanas y comunidades que buscan proteger los humedales para preservar los servicios ecosistémicos que entregan. Entre esos servicios destacan la provisión y limpieza de agua, conservación de la biodiversidad, captura de carbono (gas de efecto invernadero), reducción del impacto de las inundaciones extremas, y recreación, entre muchos otros.

“Las organizaciones ciudadanas han relevado los beneficios de los humedales, principalmente porque generan un vínculo directo en la comunidad. A las personas les gusta visitarlos, observar las aves, sentir el contacto con la naturaleza y eso genera un apego colectivo importante”, comenta la investigadora. Asimismo, destaca que los humedales son el hábitat de una biodiversidad única, incluida una gran variedad de aves. En este sentido, señala, la mascota elegida para los recientes Juegos Panamericanos y Parapanamericanos, el ave sietecolores Fiu, cuya especie habita en diversos humedales del país, incentivó especialmente a los niños a interesarse por esta fauna y los ecosistemas acuáticos.

Rojas, cuya principal área de investigación son los humedales, fue una de las asesoras científicas para la redacción de la Ley de Humedales Urbanos (N° 21.202), promulgada en 2020 y en virtud de la cual en el país se han reconocido para su protección más de cien humedales urbanos (107 al 29 de diciembre 2023; 11.850 hectáreas). A su juicio, en el país los primeros pasos en el camino de la conservación se dieron con el Plan de Protección de los Humedales, realizado por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) durante 2018. Esta iniciativa tiene como objetivos proteger la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en áreas prioritarias de humedales; identificar y consensuar, con la información disponible, las áreas prioritarias de humedales a proteger por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP); y gestionar las solicitudes de creación de áreas protegidas, a objeto de someterlas a pronunciamiento del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad. La primera etapa reconoció 40 nuevos Santuarios de la Naturaleza a nivel nacional.

Asimismo, señala Rojas, en la estrategia climática del país hay un compromiso de proteger entre 75 mil y 100 mil hectáreas de humedales urbanos para 2050 y el hecho de que Chile se una al Desafío del Agua Dulce (DAD) “da aún más fortaleza a sus compromisos. Espero que no sean sólo números y que también implique presupuesto, ya que uno de los grandes problemas actuales de los humedales es la restauración”.

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Fuente: País Circular