Miles de hogares sin luz, calles anegadas, semáforos apagados y una veintena de casas inundadas en Quilicura. Aunque eso es parte del balance del sistema frontal que afectó a Santiago esta semana, es una situación que se ha repetido de forma constante en el último tiempo cada vez que llueve en la capital.

¿Por qué la ciudad sufre estragos cada vez que hay precipitaciones? De acuerdo con los expertos, hay diversos factores que se conjugan, siendo uno de los más importantes el “crecimiento inorgánico” de la ciudad debido a la falta de planificación urbana, a lo que se suma el estado de los sumideros de aguas lluvias.

“Santiago ha tenido en los últimos 20 años crecimiento inorgánico, donde muchos terrenos que servían para la absorción del agua se han ido tapando con cemento y nuevas poblaciones (…). No existe o ha habido deficiencias en los planes de manejo de aguas lluvias. Ahí hay un debe en el que se tiene que trabajar”, afirma Erwin Navarrete, director de Ingeniería en Construcción de la U. Autónoma, sede Temuco.

Coincide Loreto Figueroa, arquitecta de la U. San Sebastián, quien señala que falta un mayor trabajo colaborativo entre las autoridades para hacer frente a la situación. “Debido a la falta de visión de ciudad integrada, tenemos muchos colectores de aguas lluvias colapsados debido a la densificación de la ciudad y a que no hay inversión en ellos”, advierte.

Otra de las interrogantes que suele mencionarse en esta discusión es que si bien en el sur del país se registran históricamente precipitaciones, esa adaptabilidad no se observa en Santiago. Jorge Gironás, subdirector del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable UC (CEDEUS) y especialista en hidrología, comenta que “un buen resumen es que en dichas zonas hay una mayor claridad de la importancia de los drenajes naturales y de las zonas impermeables donde más llueve”.

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FUENTE: EL MERCURIO