02 Sep Proyecto analizará diversas condiciones ambientales de las escuelas del Biobío
31 de agosto/ El Sur/ «Ambientes Educativos Resilientes y Saludables» es el nombre de la iniciativa que abordará los desafíos ambientales que afectan la calidad y el rendimiento académico en las escuelas, enfocados en la temperatura, la humedad, la calidad del aire y la ventilación.
Tras las intensas lluvias pasadas y los fuertes vientos, se hicieron visibles diversos problemas de infraestructura, humedad y frío que existen en varios colegios del Biobío, lo que ha generado preocupación en las comunidades educativas por el riesgo que esto genera en el bienestar de los estudiantes que van a clases bajo estas condiciones.
En ese contexto, el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus) comenzó a trabajar en el proyecto “Ambientes Educativos Resilientes y Saludables”, a través del cual estará abordando los desafíos ambientales que afectan la calidad y el rendimiento académico en las escuelas, enfocados en factores como la temperatura, la humedad, la calidad del aire y la ventilación.
El objetivo principal es evaluar las condiciones ambientales de los establecimientos educativos y establecer nuevos estándares para crear ambientes educativos más saludables y resilientes. El proyecto incluye la recopilación y análisis de datos ambientales, la comparación de legislaciones y la implementación de metodologías participativas que involucren a las comunidades educativas para la generación de planes de acción. “Lo que esperamos es desarrollar dos documentos de política pública para tratar de impulsar un poco y llamar la atención de los tomadores de decisiones”, afirmó Maureen Trebilcock, investigadora de Cedeus.
Aplicación
El proyecto, que inició este año, se divide en tres fases principales: la primera consiste en la elaboración de una línea base de datos mediante la revisión de literatura nacional e internacional, y el análisis comparativo de legislación sobre infraestructura escolar y calidad del aire; la segunda fase se enfoca en la definición de variables ambientales y metodologías participativas; y la tercera fase implica la evaluación de condiciones ambientales en establecimientos educativos, complementación de medidas y elaboración de planes de acción comunitaria para aplicar en un establecimiento piloto.
“En general en todas las escuelas vemos un déficit de calidad de infraestructura y sobre todo del abordaje de condiciones ambientales, como lo que es el confort térmico y la calidad del aire. Por otro lado, también hemos visto que lamentablemente tenemos una condición de muchos alumnos por metros cuadrados muy reducidos. Tenemos un sistema que depende mucho del financiamiento por el número de matrículas, eso no ha propiciado que podamos mejorar esas condiciones interiores”, relató otra de las investigadoras del centro, María Isabel Rivera.
Como parte de este proyecto se comenzó un trabajo con una escuela de Hualpén, donde se elaborará una metodología de trabajo, un kit de mejoramiento, que permita a la comunidad poder diagnosticarse y generar mejoras en las salas de clases con el objetivo de remediar las condiciones que puedan ser negativas.
“Vamos a hacer mediciones de variables ambientales como, por ejemplo, temperatura, humedad, niveles de Co2 en las salas de clases, material particulado, compuestos volátiles. Esos vamos a estar haciéndolo de manera sistemática por lo menos un mes”, detalló Rivera.
Este proyecto de Cedeus demorará unos dos años aproximadamente, y en el caso del estudio iniciado en la escuela de Hualpén se estima que acabe en tres años, reconociendo que analizar la calidad del aire en las salas de clases es fundamental porque esto influye en la salud de los estudiantes, sobre todo en invierno cuando aumenta la circulación de virus respiratorios.