Pablo Pastén es uno de los 18 investigadores latinos reconocidos por revista de la American Chemical Society

 
25 de septiembre/El investigador principal, Pablo Pastén, fue reconocido como uno de los «C&EN’s 2024 Trailblazers» de la Chemical & Engineering News de la American Chemical Society. La revista escogió a 18 investigadores de Latinoamérica, entre ellos al investigador principal de CEDEUS, por su trabajo para vincular la ciencia con la política pública.

De niño, Pablo Pastén solía ir con su padre a visitar los ríos del desierto de Atacama, en Chile. Su padre trabajaba para la Dirección General del Agua y solía meterse en los cauces para medir su flujo, mientras su hijo esperaba pacientemente en la orilla.

“Me pasaba horas observando, haciéndome preguntas sobre los ríos de Chile,” dice Pastén. “Eran momentos muy especiales.” Pasó su infancia en Calama, un municipio ligado a la minería y la industria del cobre. Esto despertó su interés por los ríos y los arroyos que circulaban alrededor de estas zonas mineras.

Las expediciones con su padre marcaron el comienzo de un viaje que llevó a Pastén a convertirse en líder de un grupo en el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS), en Chile, donde utiliza la geoquímica para estudiar problemas sociales y tratar de influir en las políticas del gobierno. Uno de los temas centrales de su investigación es el impacto medioambiental de la minería, una industria que abarca un 11% del producto interior bruto del país, según Statista. El relave, un conjunto de residuos creados tras procesar las menas de material, a menudo contiene elementos tóxicos, como metales pesados, y otros compuestos químicos que pueden pasar al agua y al suelo.

Según explica Pastén, uno de los proyectos más significativos del CEDEUS fue la visita de su equipo a Copiapó, otra ciudad de la región de Atacama. Estaban organizando un seminario allí cuando descubrieron que la comunidad local estaba preocupada por un relave cercano. Pastén recuerda sorprenderse mucho cuando un periodista le enseñó una fotografía de un parque infantil justo al lado de un montón de residuos mineros.

La foto acompañaba a un artículo que contaba la historia de la Viñita Azul, un proyecto de desarrollo urbanístico construido cerca de unos estanques de residuos mineros de 1990. La construcción se llevó a cabo pese a los repetidos avisos del Servicio Nacional de Geología y Minería de Chile sobre la posible presencia de sustancias contaminantes.

Imaginando a sus hijas jugando en esos toboganes y columpios, Pastén supo que tenía que hacer algo para remediar la situación.

Con su equipo, analizaron muestras del polvo de los caminos que iba hasta Copiapó utilizando un espectrómetro portátil de fluorescencia de rayos X, capaz de identificar metales y de medir su concentración. Los resultados fueron muy preocupantes: niveles de cobre, plomo y zinc que excedían todas las recomendaciones y guías internacionales para la seguridad de los suelos residenciales.

Publicaron estos resultados en 2022 (Appl. Geochem., DOI: 10.1016/j.apgeochem.2022.105230), algo que ayudó a resucitar el debate sobre una ley del suelo en Chile, que llevaba engavetada varios años. El impacto de este trabajo también llevó a Pastén a publicar un libro sobre las políticas públicas para el desarrollo urbanístico sustentable y a organizar reuniones para presentar su investigación a varios legisladores chilenos.

Cuando recuerda sus tiempos como estudiante de doctorado en la Universidad Northwestern, donde usaba un sincrotrón para analizar los minerales formados por ciertas bacterias acuáticas, Pastén nunca pensó que este primer contacto con el campo de la química le llevaría a informar e influir las políticas del suelo en su país natal. De hecho, ni siquiera había querido estudiar química y había ido a la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC) para seguir los pasos de su padre y convertirse en un ingeniero civil que velara por la buena salud de los ríos chilenos.

Jean-François Gaillard, un químico ambiental de la Universidad Northwestern recuerda a un Pastén reservado con la química. Cuando llegó a su laboratorio, quería dedicarse al modelado computacional.

Es interesante cómo la necesidad de trabajar con y para tu comunidad, de pronto, cambia tu vida.

“Muchos estudiantes de ingeniería temen a la química porque es muy complicada, tiene muy mala reputación,” dice Gaillard. Pero, aun así, consiguió despertar su interés. Y aunque Pastén no fuera un químico de carrera, Gaillard cree que se merece un título honorífico después de la cantidad de horas que invirtió en el laboratorio durante su tesis.

Poco después, Pastén volvió a la UC y, más adelante, se convirtió en investigador principal en el CEDEUS. También empezó a dar clases en el Departamento de Ingeniería Hidráulica y Ambiental.

Alejandra Soledad Vega Contreras, quien asistió a una de las clases de Pastén durante su carrera, lo recuerda como estricto y exigente. “Pero, al mismo tiempo, tiene una motivación tan grande que logró interesarme lo suficiente como para doctorarme en ingeniería ambiental,” dice. Ahora, ella también trabaja como investigadora del CEDEUS.

Pastén también enseña a sus estudiantes que la química puede solucionar problemas que realmente afectan a los chilenos. Sara Ester Acevedo Godoy, quien trabajó durante su carrera en el laboratorio de Pastén, dice que él tiene un auténtico don para la divulgación científica. En enero [de 2024], por ejemplo, Pastén participó en una mesa redonda con un senador del Congreso Nacional de Chile para debatir sobre las formas de integrar la ciencia en las decisiones políticas. Actualmente, Acevedo Godoy trata de conseguir algo similar como una de las químicas del proyecto “Cuencas saludables” del CEDEUS, que tiene por objetivo el estudio de los factores naturales y antropogénicos que afectan a las aguas urbanas en Chile, buscando nuevas formas de protegerlas.

Además de resaltar sus contribuciones científicas, Acevedo Godoy lo describe como “el eje central de muchas historias” por toda la gente a la que ha inspirado. Tanto ella como Vega Contreras mencionan que Pastén promueve activamente la igualdad de género en la ingeniería, un campo dominado por hombres. A pesar de que las mujeres solo representaban un 30% de los ingresos en la Escuela de Ingeniería de la UC en 2020, el grupo que supervisa Pastén siempre tiene aproximadamente mitad y mitad de hombres y mujeres.

“Pablo es un siete total. En Chile, cuando decimos que alguien es un siete, queremos expresar que es el mejor,” explica Acevedo Godoy.

Rober Nerenberg, un ingeniero ambiental de la Universidad de Notre Dame que conoció a Pastén cuando ambos hacían el doctorado en Northwestern, recuerda su intervención como un momento clave en la firma de un acuerdo entre Notre Dame y la UC que permite a los estudiantes obtener titulaciones dobles, reconocidas por ambas universidades. Esta colaboración internacional permite a los estudiantes de la UC acceder a equipos y técnicas de laboratorio inaccesibles en Chile, incluido un sincrotrón como el que usaba Pastén durante su doctorado.

Pastén cree que los profesores dejan un legado importantísimo en sus estudiantes. Para él, parte de este legado es poder enseñar química aplicada en Chile y convencer a más ingenieros de las ventajas de una carrera en investigación. “Ha sido un largo camino desde mis tiempos con el sincrotrón,” dice. “Es interesante cómo la necesidad de trabajar con y para tu comunidad, de pronto, cambia tu vida.”

Traducido al español por Fernando Gomollón Bel para C&EN, con revisiones de César A. Urbina-Blanco. La versión original (en inglés) de este artículo se publicó el 20 de septiembre de 2024.