29 Jul Alejandra Rasse/ Vivienda, barrios y cohesión social como indicadores de pobreza

26 de julio/ La Tercera/ En esta columna, la investigadora principal de CEDEUS analiza la nueva propuesta de medición de la pobreza multidimensional, que por primera vez incorpora el déficit habitacional, la asequibilidad y las condiciones del barrio como factores clave para evaluar el bienestar.
La nueva propuesta para la medición de la pobreza multidimensional introduce cambios que reconocen la relevancia que la vivienda y el barrio tienen en el bienestar.
Pasamos de un indicador de habitabilidad que identificaba como carentes a los hogares con problemas de hacinamiento o en mal estado, a una medida de déficit habitacional que incorpora distintas carencias en vivienda, integrando así a los hogares allegados en la problemática de la pobreza.
La asequibilidad también se suma como indicador estableciendo como carentes a aquellos hogares que destinan más de un 30% de sus ingresos mensuales al arriendo o dividendo. Esto evidencia que el valor de la vivienda en Chile crece por sobre el de los demás bienes y servicios, y muy por sobre el aumento real de los sueldos. Así, se da cuenta de lo ineludible del gasto en vivienda, a diferencias de otros bienes, y que conlleva a la postergación de otras necesidades de los hogares, comprometiendo distintas dimensiones del bienestar.
La nueva medición releva el entorno barrial, ya que lo incluye en 3 indicadores: son carentes aquellos hogares que declaran i) tener al menos dos problemáticas medioambientales a menos de 15 minutos caminando, ii) no tener acceso cercano a algún servicio básico, o en que el tiempo de viaje al trabajo es superior a una hora, y iii) con frecuentes problemas de seguridad en su barrio. De este modo, se reconoce que un entorno con escasas oportunidades empobrece a los hogares, que la contaminación afecta la salud y que la inseguridad impide desplazarse y desarrollar con normalidad actividades necesarias como trabajar, estudiar o recrearse.
Son 6 los indicadores que remiten a la vivienda y al entorno barrial y, dado que para declarar pobreza multidimensional se necesitan 5 indicadores carentes, hoy la calidad de estos resulta determinante. Por lo tanto, un hogar no puede alcanzar umbrales mínimos de bienestar sin una vivienda adecuada y asequible, sin servicios básicos, ni conectividad.
 
 			 