Transporte sustentable

Publicado en Visión UC

La tasa a la cual la humanidad consume recursos naturales se ha vuelto no sustentable. Ante ello, una de las tareas es reducir drásticamente la huella de carbono de nuestro sistema de transporte. Esto exige cambiar tecnologías y movilizarnos más eficientemente desde una óptica colectiva.

¿Cómo ha enfrentado nuestra Universidad este desafío? Desde que en marzo de 1988 ingresé al campus San Joaquín como novato, la UC ha promovido cambios muy relevantes; no solo instaló un cobro por estacionarse, sino que ha ido eliminando los estacionamientos en su interior, transformando a San Joaquín en un territorio bastante amable para peatones y ciclistas.

El cierre del acceso vehicular por su entrada principal en Vicuña Mackenna convirtiéndolo en un hermoso paseo peatonal fue una gran señal. Así, el corazón de nuestras 50 hectáreas se destinó a la vida universitaria y no a almacenar automóviles. Casi sin darnos cuenta, emergió un campus distinto, mucho más acogedor y a escala humana, que favorece el encuentro.

Tuvimos la suerte que el metro se nos instalara en la puerta (en 1997) lo que ha permitido que muchas personas hoy lleguen en Transantiago. Además, se han incluido espacios e instalaciones que impulsan el acceso en bicicleta.

Recientemente, académicos de la universidad han impulsado el desarrollo de la “Ruta de la Infancia”: una ciclovía que unirá seis comunas desde el Museo Interactivo Mirador (MIM), en La Granja, hasta el Parque Bicentenario de la Infancia en Recoleta, pasando frente a nuestro campus. Esta ciclovía permitirá que el acceso en bicicleta a la UC sea más conveniente.

En estos casi 30 años, es fácil reconocer que la proporción de autos que ingresa al campus por número de alumnos y trabajadores, ha bajado sustantivamente. La línea 5 del Metro y la expansión de la red han tenido un efecto fuerte, pero las audaces decisiones de la dirección de la universidad reduciendo y relocalizando los estacionamientos hacia la periferia del campus han colaborado en este importante logro. Las mediciones de flujo por distintos modos que se han empezado a hacer en los últimos años muestran una atractiva tendencia.

Espero que en el futuro nuestra institución siga profundizando una agresiva política de desincentivo del uso del automóvil para acceder a todos sus campus, que sirva de inspiración a otros centros académicos. La universidad debe seguir siendo pionera aportando a un problema global mediante acciones generosas en que prima la conciencia planetaria.

Y ahora que está a punto de comenzar el segundo semestre, invito a toda la comunidad a sumarse eligiendo el transporte público y la bicicleta.