Mauricio López/Infraestructura perpetua: Acentuar el reutilizar antes de reciclar

Tubhotel. Tepoztlán, Morelos, México.

Tubhotel. Tepoztlán, Morelos, México.

Por Mauricio López / Investigador del cluster Recursos Críticos

Una de las iniciativas más conocidas relativas a la sustentabilidad es el reciclaje que, a grandes rasgos, significa transformar materiales usados, usualmente desechos, en recursos valiosos para hacer algo nuevo.

Al interiorizarse más sobre la reducción del volumen de residuos o basura generada, surge la regla de las tres erres (3R): Reducir, Reutilizar y Reciclar. El orden no es fortuito. Reducir es la acción más temprana, de menor costo asociado y de mayor impacto. Reutilizar, también considera bajos costos de implementación e impactos relevantes. Finalmente, Reciclar, la R más famosa, es una acción positiva, pero más tardía, ya que requiere de la inversión de recursos en recolección de los materiales y en su procesamiento.

En nuestras ciudades hay diversas tecnologías para la aplicación del reciclaje en infraestructura. El área de pavimentos lleva la delantera debido a que cuenta con sistemas de chancado de hormigón y reciclaje de este como agregados (piedras y arena) para fabricar nuevos hormigones. Algo similar pasa con los pavimentos asfálticos. Si bien reciclar en construcción es un camino hacia ciudades sustentables, debemos preguntarnos si hay caminos complementarios que impliquen acciones más tempranas.

Afortunadamente existen y corresponden a acentuar la reutilización de la infraestructura. No obstante, ha sido un camino poco explorado en Chile. Si contamos con un diseño duradero, con estrategias de reacondicionamiento y rehabilitación las estructuras pueden ser perpetuas. Esto permite reducir recursos mediante la reutilización de lo existente, manteniendo o, incluso, mejorando el nivel de servicio para sus usuarios.

Para llegar a esto, hay que dejar de lado la idea de demoler para construir algo nuevo, por el concepto de diseño por durabilidad / evaluación / intervención a lo largo de su ciclo de vida.

Estos conceptos ya los manejamos, pero a una escala mínima y asociado a estructuras patrimoniales (como, por ejemplo, el Palacio Pereira y el Viaducto del Malleco), y deberíamos tenerla presente para todas las estructuras existentes, ya sean de 10, 25, 50, 100 o más años.

Una infraestructura perpetua en base a un diseño durable, monitoreo y rehabilitación es posible y, sin duda, una de las acciones sustentables de mayor impacto.

Eso sí, para lograrlo necesitamos más arquitectos, más ingenieros estructurales y de construcción que dediquen su práctica profesional a diseñar infraestructura durable (cuando es nueva), así como también, modificar lo que ya existe de manera de reutilizar antes de reciclar.