María Molinos/Los retos de los servicios de abastecimiento y purificación de agua en Chile

Por María Molinos / Investigadora de los clusters Recursos Críticos y Planificación Integrada.

El acceso a los servicios de abastecimiento de agua potable y saneamiento (SAS) es un derecho humano básico reconocido por la Organización de Naciones Unidas (ONU) a través de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. A nivel mundial, desde el año 1990, más de dos billones de personas han accedido a estos servicios básicos.

Aproximadamente el 25% de los países del mundo cuenta con un regulador para sus servicios SAS, existiendo dos razones fundamentales que justifican la regulación de estos. En primer lugar, la provisión de los servicios en régimen de monopolio, así la ausencia de mercado permitiría a las empresas incrementar su tarifa y no proporcionaría incentivos a las mismas para mejorar su eficiencia. La segunda razón es que los SAS implican importantes externalidades. Por ejemplo, el saneamiento y depuración de aguas servidas genera importantes beneficios sociales y ambientales.

En Chile, la regulación de los SAS es realizada por la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), organismo creado en 1990 a través de la Ley 18.902. Desde entonces hasta la actualidad, el sector sanitario en Chile ha experimentado importantes cambios. Entre ellos destaca la privatización de las sanitarias gracias a la aprobación de la Ley 19.549 en el año 1998. Como resultado de ello, actualmente el 95,7% de los clientes es  atendido por empresas privadas. Por otra parte, la SISS ha mejorado considerablemente el proceso tarifario a través de la implementación del principio de recuperación de costos, que es esencial para garantizar la sostenibilidad financiera de las sanitarias. Es muy destacable el esfuerzo realizado en Chile para incrementar la cobertura de los SAS, ya que en el año 2013, la cobertura urbana de agua potable a nivel nacional era del 99,9% y la de alcantarillado del 96,3%. En la actualidad, la cobertura urbana de tratamiento de aguas servidas corresponde al 99,9% respecto de la población que cuenta con alcantarillado.

Finalmente, son varios retos a los que se enfrentan las sanitarias en Chile, tales como: gestionar la oferta-demanda de agua en relación al cambio climático; reducir la vulnerabilidad de las instalaciones ante eventos extremos; mejorar la calidad del servicio a los clientes en términos de continuidad en el abastecimiento y del tratamiento de las aguas servidas; reducir las pérdidas de agua en la red de abastecimiento; actualizar las infraestructuras que llegan al final de su vida útil; y perfeccionar el proceso tarifario para incorporar la demanda peak de agua en el mismo.